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Nuevos horizontes: El fisioterapeuta en la Escuela Infantil

Nuevos horizontes: El fisioterapeuta en la Escuela Infantil
27 / abril / 2015

Desde hace algunos años el rol del fisioterapeuta ha ido evolucionando hacia una perspectiva más amplia y ha dejado de ser aquella figura a la que recurren únicamente personas adultas en situaciones de “dolores musculares”, para convertirse en el profesional de referencia en patologías relacionadas con el sistema respiratorio y el aparato locomotor. A día de hoy muchos compañeros de profesión han optado por el mundo de la educación haciéndose cabida en las escuelas de educación especial pero, ¿y qué hay de las escuelas infantiles? ¿A qué profesional recurren cuando no saben si lo que tienen delante es patología o “normalidad”?.

Foto fisioterapeuta Escuela
Foto fisioterapeuta Escuela

Algunas veces los educadores observan irregularidades en el desarrollo de determinados niños, y puede surgirles la duda de si se enfrenten o no a algo más complicado, o simplemente es mejor esperar a que aquello se “normalice”. En estos casos la figura del fisioterapeuta cobra especial importancia ya que detecta los déficits y puede dar soluciones mediante pautas al profesorado o directamente a la familia.
La Fisioterapia es una disciplina sanitara relativamente joven que  mediante técnicas de valoración puede evaluar, determinar, e incluso pronosticar la evolución de un niño con alguna alteración tanto a nivel orgánica(respiratoria, neurológica, osteomuscular, postural,etc) como a nivel funcional (no es capaz de coger bien el lápiz, no puede saltar o correr a la velocidad adecuada, no consigue ponerse de pie sin ayuda, no se puede vestir sólo,etc). Además, mediante el análisis de la postura podría prevenir futuras deformidades estructurales importantes como puede ser la escoliosis.
 
Por otra parte, al tratarse de una profesión sanitaria, sus funciones no deben ir únicamente hacia la actuación, también es muy importante el aspecto de prevención y promoción para la salud. El fisioterapeuta que ofrece sus servicios en el aula infantil deberá también ser capaz de promover los hábitos de higiene saludable precisamente como herramienta de promoción para la salud. Consejos tan sencillos como una buena higiene de manos que deberá conocer a la perfección y podrá enseñar al personal de la escuela infantil.
Durante su intervención en el aula, el fisioterapeuta pediátrico aplicará herramientas de valoración  tanto cuantitativas como cualitativas que varían en función de la edad de los alumnos. Se tratará siempre de técnicas no invasivas que sirven para medir la fuerza muscular, el rango articular, la postura, el tono muscular, o las habilidades de motricidad gruesa y fina (manipulativas).
En su día a día, el fisioterapeuta recurre siempre a la ayuda de los profesionales de la educación para servirse de argumentos necesarios que le permitan centrarse en los casos que resulten de mayor riesgo por dos motivos principalmente: bien porque no cumplen los requisitos motores esperados para su edad, o bien porque lo hacen de una manera un tanto “peculiar”, distinta. Son aquellos casos como la marcha en puntillas (caminar de puntillas), la marcha claudicante (caminar como “cojeando”), llevar los brazos elevados mientras se camina o los pies excesivamente separados entre sí. Estos podrían ser algunos de los numerosas irregularidades que pueden aparecer y que por la temprana edad en la que se encuentran, aún tienen muy buen pronóstico si se identifica a tiempo.

Foto noticia Fisiotepeuta Escuela Infantil
Foto noticia Fisiotepeuta Escuela Infantil

Otro de los aspectos que puede valorar el fisioterapeuta dentro del aula es también la capacidad respiratoria ya que, a día de hoy la fisioterapia respiratoria infantil está a la orden del día. Podrá velar por una adecuada higiene bronquial especialmente en los casos de ingresos recurrentes o índice de absentismo a  la escuela bastante elevado.

Tras la valoración de los niños dentro del aula y junto con la información aportada por los profesionales de la escuela o la propia familia, el fisioterapeuta pediátrico pondrá en marcha un plan tanto preventivo como interventivo. En función del caso, se establecerán unas pautas en el manejo de esta situación como podría ser la realización de una serie de ejercicios para fortalecer la musculatura anti gravitatoria (piernas, espalda, etc), o estimular desde la posición de boca abajo y ayudarles a realizar el volteo(el giro desde boca abajo a boca arriba y viceversa) o  incluso la recomendación de la visita al especialista clínico.

No debemos por supuesto olvidar el papel primordial de la familia en el manejo de situaciones sin caer en el alarmismo ya que quizá esa “anomalía” en el desarrollo o la función motora del niño es simplemente un pequeño escalón que tanto padres, educadores y fisioterapeuta podrán solventar trabajando de manera conjunta y en sintonía.

 
 
Adriana Pastor Contreras -Fisioterapeuta pediátrico-Nº col: 8853

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