El desarrollo sensorial y emocional es clave en los primeros años de vida de los niños. Es a través del juego que los pequeños empiezan a conocer su entorno, explorar sus emociones y desarrollar habilidades fundamentales para su bienestar y crecimiento. En Nemomarlin, utilizamos actividades específicas y recursos innovadores para fomentar este desarrollo en nuestras aulas, adaptándonos a las necesidades de cada niño.
El desarrollo sensorial: la base para aprender y crecer
El desarrollo sensorial es el canal principal por el que los niños reciben información del entorno y de su propio cuerpo. A través de los sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato), los pequeños comienzan a percibir colores, formas, sonidos, olores, sabores, y sensaciones internas como hambre, frío o la posición de su cuerpo en el espacio.
Esta información sensorial permite a los niños adaptarse al entorno, responder a estímulos y realizar acciones inteligentes. Desde el nacimiento, el desarrollo sensorial y la actividad motriz trabajan en paralelo, ayudando a los pequeños a sobrevivir y adaptarse a su nuevo mundo.
La importancia del desarrollo sensorial en el aula
En Nemomarlin, consideramos el desarrollo sensorial como una base fundamental para:
El desarrollo cognitivo: los sentidos son el punto de partida para la percepción y la maduración intelectual.
La construcción de la personalidad: los niños empiezan a formar su esquema vital y a estructurar su pensamiento.
La creatividad y el interés por aprender: a través de la exploración, los pequeños desarrollan su curiosidad y comprensión del entorno.
Actividades y recursos sensoriales que usamos en nuestras aulas
Para fomentar el desarrollo emocional y sensorial, aplicamos diferentes actividades y materiales en nuestras aulas. Algunos de los recursos más destacados son:
1. El cesto de los tesoros
Es una actividad que promueve la exploración y el descubrimiento. Consiste en un recipiente con objetos variados que estimulan los sentidos de los niños a través de texturas, colores, sonidos, formas y pesos. Durante la actividad, los niños pueden agarrar, golpear, morder o chupar los objetos mientras se plantean preguntas como «¿Qué es esto?».
El papel del educador es observar y garantizar la seguridad del niño, sin intervenir directamente, para fomentar su autonomía y creatividad.
2. Sensory Bottles y Sensory Bags
Estos recursos ayudan a desarrollar la coordinación óculo-manual, la motricidad y la calma emocional. Las botellas y bolsas sensoriales contienen elementos que captan la atención del niño y le permiten interactuar con ellos, provocando emociones como alegría, calma o incluso sorpresa.
3. La Magic Box
Esta caja mágica incluye elementos relacionados con las estaciones del año para estimular las áreas sensoriales y la creatividad de los niños. Por ejemplo, en otoño, se pueden incluir hojas secas, castañas y piñas.
4. Smellies: la biblioteca de olores
Los “Smellies” consisten en pequeños recipientes o sacos de tela con alimentos, especias u objetos olorosos. Los niños pueden oler los elementos y asociarlos con recuerdos o sensaciones. A medida que avanzan los trimestres, se incorporan nuevos olores para ampliar su experiencia sensorial.
5. Surprise Panel
En este recurso, los niños introducen objetos de diferentes tamaños y formas para comprobar cuáles caben y cuáles no. Esto trabaja el reconocimiento del tamaño, la tolerancia a la frustración y la resolución de problemas.
6. Emotional Box
La “Emotional Box” contiene materiales que despiertan emociones en los niños, como caras impresas con diferentes expresiones (alegría, tristeza, enfado, asco, etc.). A través de esta actividad, los pequeños aprenden a identificar y gestionar sus emociones.
Cómo el juego potencia el desarrollo emocional
El juego no solo estimula los sentidos, sino que también:
Favorece el aprendizaje: las emociones positivas durante el juego potencian la capacidad de retener información.
Mejora la autoestima: los logros alcanzados en las actividades refuerzan la autoconfianza del niño.
Fortalece las relaciones interpersonales: los niños aprenden a relacionarse con otros mientras exploran juntos.
Conclusión
En Nemomarlin, entendemos que el desarrollo sensorial y emocional es la base para un aprendizaje pleno y una infancia feliz. Por ello, nuestras aulas están diseñadas para proporcionar experiencias ricas y variadas a través del juego, fomentando la curiosidad, la creatividad y el bienestar emocional de cada niño.
Si quieres saber más sobre cómo trabajamos en Nemomarlin para potenciar el desarrollo integral de los pequeños, ¡contacta con nosotros o visita nuestras instalaciones!
Sara Navarro – Directora Escuela Infantil Nemomarlin Cuatro Caminos