Durante los primeros años de vida, el cuerpo del niño es su principal herramienta para explorar, comunicarse y aprender. Cada giro, arrastre, gateo o paso es un avance hacia su autonomía. En este proceso, el movimiento libre juega un papel fundamental.
En escuelas infantiles como Nemomarlin, entendemos el desarrollo motor como una evolución natural que debe ser respetada, acompañada y no acelerada, permitiendo que cada niño conquiste su cuerpo a su ritmo.
¿Qué es el movimiento libre?
El movimiento libre es una filosofía pedagógica que consiste en permitir que el bebé o niño pequeño se mueva con libertad, sin ser forzado ni guiado constantemente por el adulto.
Este enfoque, basado en la pedagogía de Emmi Pikler, propone que el niño:
- No sea colocado en posturas que no puede alcanzar por sí mismo (como sentarlo si aún no se sienta solo).
- Disponga de un espacio seguro para moverse y explorar.
- Cuente con un adulto que observa, acompaña y confía en su capacidad de autorregulación.
Beneficios del movimiento libre en el desarrollo motor
El movimiento libre no solo beneficia el cuerpo del niño, sino también su desarrollo emocional y cognitivo. Algunos de sus beneficios más importantes son:
- Desarrollo neuromotor natural
Permite que el sistema nervioso del niño madure de forma orgánica, respetando las conexiones entre cerebro y cuerpo.
- Mejora del tono muscular y equilibrio
Cada etapa conquistada con esfuerzo propio (girar, sentarse, gatear) fortalece músculos, coordinación y control postural.
- Fomenta la conciencia corporal
El niño se conoce a sí mismo, aprende sus límites y capacidades, y mejora su propio esquema corporal.
- Impulsa la autonomía y la autoestima
Al no ser constantemente dirigido, el niño se convierte en protagonista de su aprendizaje, lo que fortalece su confianza.
- Reduce frustraciones y tensiones
Los niños que se mueven libremente suelen estar más relajados, ya que canalizan energía de forma natural.
¿Qué papel juega el adulto?
El adulto no dirige, pero sí prepara el ambiente, observa con atención y ofrece seguridad. No se trata de dejar al niño “solo”, sino de acompañar desde la confianza, sin intervenir innecesariamente.
Por ejemplo, en lugar de sentar a un bebé con cojines antes de que pueda hacerlo solo, se le deja boca arriba en una superficie firme para que, poco a poco, explore los giros y el control postural por sí mismo.
¿Cómo fomentamos el movimiento libre en Nemomarlin?
En nuestras aulas infantiles, el movimiento libre es una parte esencial del día a día. Algunas de las estrategias que aplicamos son:
1. Espacios seguros y bien organizados
Diseñamos entornos amplios, sin obstáculos, con materiales que invitan al movimiento (colchonetas, rampas suaves, elementos naturales…).
2. Sin zapatos ni elementos restrictivos
Siempre que es posible, los niños están descalzos o con calzado flexible para favorecer la conexión con el suelo y el equilibrio.
3. Sin sillas para bebés ni hamacas prolongadas
Evitamos colocar a los niños en posturas que no puedan alcanzar por sí solos. No forzamos la sedestación, ni el gateo, ni la marcha.
4. Observación activa del adulto
El equipo educativo observa con respeto y sin interferir, registrando avances y ofreciendo apoyo solo cuando es realmente necesario.
5. Materiales abiertos y no dirigidos
Proporcionamos objetos que no tienen una función concreta (aros, bloques, pañuelos) para que sean los niños quienes exploren y definan el juego.
¿Qué pueden hacer las familias en casa?
Crear un entorno que respete el movimiento libre también es posible en casa:
- Evitar el uso prolongado de hamacas, tacatás o parques cerrados.
- Dejar espacios seguros en el suelo para que el bebé se mueva libremente.
- No sentar, poner de pie ni estimular movimientos que aún no realiza por sí mismo.
- Confiar en el ritmo del niño: no hay prisa, cada avance llegará a su tiempo.
- Observar, acompañar y disfrutar del proceso sin intervenir constantemente.
Conclusión
El movimiento libre es una forma respetuosa y natural de acompañar el desarrollo motor, emocional y cognitivo de los niños desde los primeros meses de vida. Es permitir que descubran el mundo a su manera, a su ritmo y con su cuerpo como herramienta principal.
En Nemomarlin, creemos en el poder del juego, del respeto por el proceso y de los espacios que invitan a moverse, explorar y crecer con libertad.
Porque un niño que se mueve libremente, es un niño que se desarrolla con plenitud